El Derecho Digital no es una rama del derecho como lo son el Derecho Penal, Civil, Mercantil o Laboral. Se trata de un concepto que abarca una multitud de campos relacionados con la tecnología y sus implicaciones legales.
El Derecho Digital está presente en la vida de todos los ciudadanos y de manera constante, como veremos a lo largo del artículo. Sin embargo, el Derecho Digital no se explica en las universidades y, por ello, es primordial generar consciencia de que existe y nos afecta a todos.
En este artículo analizamos los campos que construyen el concepto de Derecho Digital y explicamos las numerosas oportunidades profesionales a las que se puede acceder teniendo conocimientos sobre este campo.
Al final del post, encontrarás una infografía resumen sobre el tema.
¿Qué es el Derecho Digital?
El Derecho Digital se ocupa de los aspectos legales relacionados con el uso de la tecnología e Internet. No se trata de una rama del derecho como lo son el Derecho Penal o Mercantil, sino que el Derecho Digital aglutina el conjunto de los sectores legales y estudia el impacto del nuevo paradigma digital sobre ellos.
El Derecho Digital está fragmentado en las normativas nacionales e internacionales y es transversal a todo el ordenamiento jurídico y realidad social.
El Derecho Digital es una adaptación de las formas clásicas del derecho a las nuevas formas de las relaciones sociales y económicas dentro del entorno digital.
Surge ante la necesidad de regular las nuevas actividades que nacen del uso cotidiano de la tecnología, tanto en el ámbito personal como en el profesional.
Acciones tan básicas como usar WhatsApp, descargar una película o realizar una compra online conllevan una serie de implicaciones legales. Lo mismo sucede al formalizar un contrato mediante el uso de tecnología blockchain o redactar los términos y condiciones de una página web.
En definitiva, los aspectos legales que abrazan a la tecnología nos conciernen a todos: ciudadanos, empresas e instituciones. Conocer los riesgos que implica el uso de la tecnología puede ser muy beneficioso para darle un mejor uso y sacarle el máximo provecho.
Importancia y retos del Derecho Digital
La forma de comportarnos en el universo tecnológico da lugar, en muchas ocasiones, a prácticas abusivas.
Estas actuaciones no tienen por qué deberse al uso malintencionado de la tecnología, sino que el mero desconocimiento sobre el entorno jurídico digital conlleva la vulneración de derechos de forma involuntaria.
Por este motivo, es tan importante que se fomente el estudio del Derecho Digital. Se necesitan profesionales capaces de defender a los ciudadanos frente a las violaciones de derechos fundamentales que nacen del uso cotidiano de la tecnología.
Y no solo eso, las empresas necesitan perfiles híbridos que entiendan tanto el lenguaje legal como el técnico. A través de estos perfiles híbridos, las organizaciones pueden ejecutar sus estrategias de una manera más eficaz y teniendo la garantía de que actúan conforme a la ley.
En suma, el ecosistema digital se encuentra en constante cambio y adaptación y aborda nuevos desafíos legales que necesitan ser regulados. El legislador ya es consciente de esta situación y su actividad regulatoria en este campo es cada vez mayor.
¿Qué se estudia en un Máster de Derecho Digital y Tecnología?
A pesar de su poca popularidad en las universidades, muchas instituciones educativas ya cuentan con programas formativos en Derecho Digital y Tecnología.
En un máster de esta especialidad se estudian tanto los nuevos aspectos que nacen del uso de la tecnología, como las formas y sectores jurídicos tradicionales trasladados al entorno digital.
El Derecho Digital abarca:
Derechos digitales y sociedad digital.
Privacidad y protección de datos personales.
Prestadores de servicios de la sociedad de la información.
Comercio electrónico y marketplaces.
Propiedad Intelectual e Industrial.
Derecho de la competencia.
Ciberseguridad y ciberdelincuencia.
Compliance.
Marketing, publicidad digital y cookies.
Inteligencia Artificial y Big Data.
Software.
Tecnologías Blockchain, NFT y Metaverso.
Transformación Digital.
Negocios digitales, emprendimiento y ecosistema de startups.
Salidas profesionales
Existe cierta tendencia a pensar que el futuro de aquel que estudia derecho es un despacho de abogados o un juzgado. Sin embargo, tener un background legal-digital abre un abanico de oportunidades profesionales que van mucho más allá.
El conocimiento del Derecho Digital aporta una visión integral que permite proporcionar un buen asesoramiento jurídico en diversos campos.
Además, el estudio de estas materias nutre al jurista de un pensamiento corporativo capaz de dar respuesta a las actuales necesidades y demandas de las empresas.
Después de completar un curso de Derecho Digital y Tecnología, existen innumerables salidas profesionales en las que poder desarrollarse, por ejemplo:
Abogado digital.
Consultor en tecnología e innovación.
Asesor legal en empresas tecnológicas y startups.
Compliance Officer (especialista en cumplimiento normativo para empresas y organizaciones).
Delegado de protección de datos.
Experto en transformación digital.
Investigador jurídico-digital.
Analista de datos.
Funcionario público especializado en tecnología.
Inversor de startups.
Project y Product manager.
Emprendimiento y consultoría independiente.
La demanda de profesionales especializados en este campo crece a un ritmo elevado, ya que la tecnología avanza exponencialmente y genera nuevos desafíos legales.
Para detectar las nuevas oportunidades profesionales emergentes, no solo hay que valorar las salidas profesionales que se ofrecen en las universidades, sino que hay que analizar con curiosidad y ambición el mercado actual y sus posibilidades.
Estamos en un momento en el que debemos explorar e investigar las nuevas opciones laborales, tener perspectiva de futuro, entender qué demanda el mercado y las empresas y adivinar qué nuevos nichos surgirán.
Es inminente el nacimiento de muchos puestos de trabajo inimaginables a día de hoy. El panorama profesional cambia cada día y tenemos que saber adaptarnos a él.
No conformarnos con lo que nos ofrecen y con los recursos de los que ya disponemos, es la clave para seguir avanzando.
Lo mismo sucede con el marco jurídico digital, que está en constante evolución y debe ajustarse a las necesidades éticas y sociales para salvaguardar los derechos de todos y fomentar el desarrollo tecnológico.
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