El debate sobre los neuroderechos ya es una realidad y numerosas organizaciones a nivel mundial han comenzado a plantear la importancia de su regulación.
Las investigaciones en neurociencia avanzan rápidamente y la tecnología neuronal se vuelve cada vez más sofisticada, haciendo que nuestras mentes sean cada vez más accesibles.
Por tanto, surge la necesidad de establecer límites y salvaguardas que protejan a los individuos contra posibles abusos y violaciones de privacidad. Es aquí donde entran en juego la neuroética y los neuroderechos. ¿En qué consisten exactamente? ¿Cuál es su relevancia?
¿Qué son los neuroderechos?
Los neuroderechos surgen a raíz de los avances tecnológicos en la neurociencia y la neurotecnología, dos disciplinas interconectadas:
La neurociencia se dedica a investigar el sistema nervioso y la actividad cerebral, cómo se comporta el cerebro y qué relación tiene con las emociones, la memoria y otras funciones mentales. Se aplica en campos como la medicina, la psicología o la educación.
La neurotecnología es la combinación de la neurociencia con la tecnología para desarrollar técnicas y dispositivos digitales (como las resonancias magnéticas o los microchips cerebrales) que interactúan y se comunican directamente con el sistema nervioso.
El propósito de la neurociencia y la neurotecnología es comprender las enfermedades neurológicas con el fin de mejorar la calidad de vida de los pacientes. Por ejemplo, mediante la innovación en técnicas de rehabilitación neuromuscular o tratamientos para diversos trastornos neurológicos.
En este contexto, los neuroderechos surgen como un nuevo conjunto de derechos humanos a nivel internacional diseñados específicamente para salvaguardar el cerebro y su funcionamiento en medio de los avances en neurotecnología.
Este concepto ha sido elaborado por la Neurorights Foundation, organización liderada por la Universidad de Columbia en Nueva York y respaldada por una comunidad global de líderes académicos que discuten las preocupaciones éticas de la neurotecnología y la Inteligencia Artificial (IA).
Por lo tanto, los neuroderechos son aquellos derechos que protegen la privacidad y la integridad cerebral de las personas, buscando garantizar que las neurotecnologías no sean utilizadas de manera abusiva, discriminatoria o invasiva, de manera que se respete la autonomía y dignidad de cada individuo.
Los neuroderechos abordan cuestiones como el consentimiento informado en experimentos cerebrales, la privacidad de la información cerebral, la no discriminación basada en características neurológicas, y la posibilidad de intervenciones que modifiquen o manipulen la mente humana.
¿Qué neuroderechos hay?
Los neuroderechos son los siguientes:
Identidad personal. Hay que establecer límites a aquella neurotecnología que pueda cambiar la percepción de la identidad para prevenir la pérdida de la identidad personal debido a conexiones externas a redes digitales.
Libre albedrío. Debe preservarse la capacidad de las personas para tomar decisiones de manera independiente, sin manipulación a través de neurotecnologías.
Privacidad mental. Es necesario salvaguardar la privacidad de los datos recopilados durante mediciones de la actividad cerebral, prohibiendo su uso comercial sin consentimiento.
Acceso equitativo. Regular el uso de neurotecnologías para mejorar las capacidades cerebrales es imprescindible para asegurar que están disponibles de manera equitativa, evitando desigualdades sociales.
Protección contra sesgos. Debe evitarse la influencia o discriminación de las personas por factores mediados por neurotecnologías.
Por qué los neuroderechos son importantes
Algunos expertos señalan que la lectura e interpretación de los pensamientos de las personas todavía resulta imposible, ya que la cantidad de información que se puede extraer del cerebro es limitada. Esto se debe a que aún no se ha determinado con certeza la ubicación o el método exacto de almacenamiento de los pensamientos en el cerebro.
Sin embargo, con el avance de las neurotecnologías crece la amenaza de accesos no autorizados a datos cerebrales. Esta situación podría propiciar la creación de perfiles digitales basados en pensamientos, emociones e incluso preferencias políticas, lo cual podría ser utilizado para influir en decisiones y manipular a las personas.
Además, la neurotecnología combinada con la IA y el Big Data podría utilizarse como herramienta para el neuromarketing y ejercer influencia sobre las decisiones de compra, entre otras muchas aplicaciones en diversas industrias.
Por lo tanto, y a pesar de los beneficios de la neurotecnología, los neuroderechos son fundamentales para preservar nuestra individualidad y garantizar que nuestras mentes sigan siendo privadas y libres de cualquier tipo de manipulación.
Inteligencia Artificial y neuroderechos
Los científicos que encabezan este tipo de iniciativas argumentan que la neurotecnología, combinada con la IA y el Big Data, posee el potencial de transformar fundamentalmente la sociedad.
Así lo demuestra Neuralink, la empresa de neurotecnología fundada por Elon Musk que utiliza técnicas de inteligencia artificial.
El proyecto de Elon Musk: Neuralink
Elon Musk pretende superar las técnicas de neurotecnología actuales, para lo que ha desarrollado un microchip cerebral capaz de recibir e interpretar las señales que provienen del cerebro. Estas señales son enviadas de forma inalámbrica a un ordenador y se convierten en comandos o instrucciones.
El chip de Neuralink compuesto por más de 3.000 electrodos conectados a hilos flexibles ya se ha sometido a pruebas en el cerebro de un mono, y actualmente miles de voluntarios aguardan ser convocados para probar esta tecnología.
El objetivo de Elon Musk es posibilitar que individuos con parálisis cerebral recuperen su movilidad, además de devolver la visión a las personas ciegas y abordar enfermedades mentales como la depresión. En un futuro, pretende combinar esta tecnología con la IA para detectar emociones, manejar dispositivos (como vehículos Tesla), almacenar pensamientos e incluso compartir información con otros cerebros.
Regulación de los neuroderechos
A nivel legal todavía no existe una legislación específica en materia de neuroderechos.
Sin embargo, diversas regiones han mostrado interés en los neuroderechos, destacando Chile al convertirse en la primera nación en modificar su constitución para incorporar los derechos digitales y salvaguardar la "integridad mental" frente al progreso de las neurotecnologías.
Por su parte, la OCDE se pronunció sobre la "Recomendación sobre Innovación Responsable en Neurotecnología", mientras que el Consejo de Europa ha concebido el "Plan de Acción Estratégica", focalizado en los derechos humanos y las recientes tecnologías biomédicas, abarcando también las transformaciones en el ámbito de la neurotecnología.
Todavía no hay una ley de neuroderechos en España, aunque estos se contemplan en la Carta de Derechos Digitales publicada por el Gobierno en 2021.
De este modo, es posible que en un futuro próximo se promulgue una normativa específica destinada a resguardar los neuroderechos en España, ya sea mediante la creación de leyes independientes o su incorporación en disposiciones legislativas existentes, como la normativa sobre protección de datos de carácter personal.
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