Hemos tenido la oportunidad de charlar sobre Legal Design con Marelisa Blanco, abogada especializada en Propiedad Intelectual que trabaja en su propia consultora visual de derecho utilizando metodologías de Legal Design.
Este concepto suele resultar difícil de entender o de imaginar su aplicación real en la práctica legal. Por ello, pensamos en Marelisa para que nos explicara qué es en realidad el Legal Design y cómo se lleva a cabo un proceso a través de esta metodología.
En la entrevista, Marelisa nos cuenta cómo el derecho sigue siendo el eje central de todo el proceso de Legal Design, nos explica la importancia de escuchar al cliente y mantener con él una buena comunicación, y nos cuenta como el Legal Design permite a los clientes comprender mejor el problema y saber defenderlo una vez ha terminado el proceso.
Además, nos comparte algunas de sus técnicas favoritas y consejos muy valiosos para aquellos profesionales que quieran iniciarse en el Legal Design. También analizamos con ella la importancia del lenguaje sencillo y las habilidades esenciales para liderar con éxito un proceso de Legal Design.
¿Qué es el Legal Design?
El Legal Design es una metodología creativa de resolución de problemas legales que consiste en hacer que el derecho sea más accesible y sencillo, empatizando con el cliente durante todo el proceso.
La importancia de esta metodología radica en ubicar al usuario en el centro. Es decir, el objetivo de llevar a cabo un proceso de Legal Design es que el cliente entienda verdaderamente el problema jurídico que se plantea y, a través de un proceso creativo y muy visual, llegar a una solución práctica y real.
Hay que destacar que:
No se trata de pintar o dibujar. Se habla de "metodología o proceso creativo" porque la manera de tratar al cliente y de encontrar una solución jurídica es distinta a cómo se trabaja normalmente en el sector legal. Aunque, por su puesto, hay muchos profesionales que sí dibujan durante un proceso de Legal Design, como Marelisa.
El documento final (escrito jurídico, demanda, contrato, informe, etc.) suele utilizar un lenguaje más sencillo y no tan técnico o jurídico, de manera que las personas que no pertenezcan al mundo legal puedan entenderlo, sin necesidad de comprender la jerga del mundo jurídico.
Es decir, se trata de buscar una solución legal de una forma más dinámica y de aportar al cliente un documento final más fácil de entender.
Se denomina Legal Design porque se utilizan técnicas o herramientas propias de un proceso de diseño. Es decir, se sigue una metodología de trabajo similar a la que podría realizar un diseñador gráfico. Por ejemplo, se utilizan mapas de actores, encuestas, infografías explicativas, etc.
Las herramientas y técnicas que se utilizan dependen de cada proceso, cliente y abogado en concreto.
Las fases en un proceso de Legal Design son:
Descubrir el problema del cliente, recopilar todos los datos y empatizar con él.
Definir, entender y procesar toda la información recibida.
Trazar muchas ideas para alcanzar una solución novedosa y original.
Prototipar las ideas que se han propuesto y tratar de empezar a darles forma y construir ese documento final. Se trata de visualizar de manera práctica las ideas aportadas.
Testar el primer documento que se ha preparado y recabar la opinión del cliente para hacer las modificaciones que hagan falta.
En definitiva, el Legal Design pretende ser una forma más comunicativa y empática de tratar con el cliente y aportarle una solución a su problema legal, teniendo siempre en mente que cabe la posibilidad de que éste desconozca los conceptos y procesos legales.
Accede gratuitamente a la entrevista para entender en detalle y de forma práctica en qué consiste realmente el Legal Design.
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