Constantemente recibimos correos electrónicos de empresas desconocidas que nos ofrecen productos o servicios en los que no estamos interesados. Esta avalancha de comunicaciones comerciales no solicitadas no solo dificulta la identificación de mensajes verdaderamente relevantes, sino que también pueden representar un riesgo para la seguridad y privacidad de los usuarios.
No obstante, el legislador ya ha abordado esta cuestión y ha fijado restricciones para la difusión de este tipo de publicidad. Entre estas limitaciones destaca la Lista Robinson, una medida que no es ampliamente conocida pero que evita la recepción de llamadas y mensajes indeseados.
Comunicaciones comerciales: cómo eliminar publicidad no deseada
Realizar llamadas comerciales o enviar mensajes publicitarios a través de correo electrónico o sistemas similares (como mensajes directos en Instagram o LinkedIn) sin la solicitud previa o la autorización expresa del destinatario está estrictamente prohibido, a menos que se cumplan las excepciones establecidas en el artículo 21 LSSI (Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y Comercio Electrónico).
Es decir, se pueden enviar comunicaciones comerciales en los siguientes casos:
Si el usuario ha solicitado o autorizado recibir este tipo de comunicaciones.
Si existe una relación comercial previa y cuyos datos del destinatario se hayan obtenido lícitamente.
Si se envían comunicaciones relativas a servicios o productos similares a los que ya hubiese comprado.
Este último escenario es peculiar, ya que existe la posibilidad de que un usuario reciba correos electrónicos publicitarios sobre productos específicos de una empresa, incluso si no ha otorgado su consentimiento explícito para recibirlos. Por ejemplo, si adquieres un par de zapatillas en la tienda X, es probable que recibas (lícitamente) un correo electrónico de esa misma empresa ofreciéndote otros productos deportivos, aunque no hayas dado tu consentimiento para recibir esas comunicaciones comerciales.
No obstante, la empresa que envíe comunicaciones comerciales debe dar la posibilidad al destinatario de oponerse a esta publicidad mediante un procedimiento sencillo y gratuito, por ejemplo, incluyendo un link de “Cancelar suscripción” en el propio correo electrónico.
Los sistemas de exclusión publicitaria, como la Lista Robinson, también se regulan en Ley 9/2014, de 9 de mayo, General de Telecomunicaciones (artículo 66) y en la Ley Orgánica de Protección de Datos y Garantía de los Derechos Digitales (artículo 23):
Son sistemas de información, generales o sectoriales, en los que se inscriben los usuarios que no quieren recibir publicidad.
Pueden modularse, es decir, el usuario puede establecer preferencias sobre el tipo de comunicaciones comerciales que sí desea recibir, o puede indicar empresas concretas de las que no quiera recibir ninguna comunicación.
Cualquier empresa debe revisar los sistemas de exclusión publicitaria y excluir a las personas que figuren en esos listados y garantizar su protección de datos personales. La obligación de consultar se exceptúa únicamente en situaciones en las que la compañía cuenta con la autorización explícita del titular de los datos para enviarle información comercial.
"Para que la empresa pueda justificar su interés legítimo en hacerte llamadas comerciales debes haber tenido una relación previa con ella habiendo adquirido sus productos o servicios y, además, los que quiera ofrecerte deben ser similares a los que hubieras contratado anteriormente" - Agencia Española de Protección de Datos (AEPD).
¿Qué es la Lista Robinson?
La Lista Robinson es un servicio gratuito y accesible que brinda la posibilidad de evitar la publicidad de empresas a las cuales no has otorgado tu consentimiento para el envío de sus promociones.
Para qué sirve la Lista Robinson
La implementación de la Lista Robinson se inició en 1993, originalmente orientada a prevenir la recepción de publicidad no solicitada a través del correo postal. Con la evolución de Internet y la diversificación de métodos publicitarios, el servicio se expandió para abarcar también los correos electrónicos, mensajes SMS, MMS y llamadas telefónicas.
En España, la administración de la Lista Robinson recae en Adigital, la Asociación Española de la Economía Digital. A través de esta gestión, se busca encontrar un equilibrio entre los derechos que tienes sobre tus datos personales y el tratamiento legítimo de la información.
Se puede inscribir en el servicio de Lista Robinson, de forma voluntaria y gratuita, cualquier persona física que lo desee. En el caso de los menores de 14 años será necesario que lo realicen sus padres o tutores.
¿Es fiable la Lista Robinson?
La inscripción en esta lista no garantiza siempre resultados efectivos, ya que en la realidad muchas empresas no consultan este registro y siguen realizando llamadas con fines publicitarios. No obstante, ya se han registrado casos de empresas sancionadas por la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) con multas de hasta 10.000 euros por llamar a personas registradas en esta lista.
En consecuencia, cualquier empresa que desee enviar publicidad está obligada a consultar la Lista Robinson y otras bases de datos similares. Por lo tanto, estar registrado en la Lista Robinson te brinda la facultad de denunciar a aquellas empresas que infrinjan la ley, persistiendo en contactarte y enviarte publicidad a pesar de tu registro en la lista.
Cómo apuntarse en la Lista Robinson
Para inscribirte en la Lista Robinson debes acceder a su sitio web oficial y hacer clic en el botón que indica "Apúntate a la lista" para dar inicio al proceso. Al hacerlo, tendrás la opción de registrarte personalmente o hacerlo en nombre de otra persona.
Después de rellenar tus datos personales, incluyendo tu DNI, nombre y apellidos, correo electrónico y número de teléfono, hay que establecer una contraseña para crear una cuenta de usuario.
Una vez activada la cuenta hay que añadir la dirección postal, email y número de teléfono donde no se quiere recibir publicidad. También se pueden especificar los sectores comerciales de los que se quiere recibir publicidad.
La plena efectividad de la inscripción puede tardar hasta dos meses, dado que es probable que tus datos ya estén siendo empleados en alguna campaña comercial en curso.
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