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Foto del escritorLuna Nogales Jiménez

El síndrome de Diógenes digital

Ha llegado septiembre y, con él, la vuelta a la rutina tras un verano lleno de experiencias y recuerdos. Seguramente, tras estos meses de descanso, muchos de nosotros hemos acumulado una gran cantidad de fotos y vídeos de nuestros viajes, inmortalizados en nuestros dispositivos digitales. 


Esta acumulación, aunque llena de valor sentimental, puede convertirse en el primer paso hacia lo que se conoce como el “síndrome de Diógenes digital”. Pero, ¿en qué consiste exactamente este fenómeno y qué consecuencias tiene? 



¿Qué es el síndrome de Diógenes digital?


El síndrome de Diógenes digital es una analogía al trastorno conocido como Síndrome de Diógenes, que se caracteriza por la acumulación compulsiva de objetos y la incapacidad de deshacerse de ellos. 


En el contexto digital, es la tendencia a acumular grandes cantidades de archivos, correos electrónicos, fotos, vídeos y otros datos digitales sin una organización adecuada y sin eliminar aquellos que ya no son necesarios. 


A menudo, esta acumulación descontrolada lleva al desorden digital, lo que puede afectar tanto nuestra productividad como nuestro bienestar mental, incluso puede tener un impacto medioambiental.


Causas del síndrome de Diógenes digital


¿Qué es lo que causa realmente este síndrome? ¿Nos asusta la idea de que nuestro cerebro no sea capaz de recordar dentro de unos años las vivencias generadas? 


Este "trastorno digital" puede fundamentarse en muchos factores arraigados en nuestro comportamiento y en la naturaleza misma de la tecnología:


  1. Accesibilidad y almacenamiento ilimitado. Con la expansión de los servicios en la nube y la creciente capacidad de almacenamiento de dispositivos, guardar información sin límites se ha vuelto extremadamente fácil.

  2. Falta de tiempo y organización. La aceleración de la vida digital hace que la mayoría de veces no dediquemos tiempo a organizar nuestros archivos, lo que se traduce en una acumulación progresiva de información desorganizada.

  3. Miedo a perder información. El temor a que un archivo, una foto o un correo electrónico pueda ser útil en el futuro nos lleva a guardarlo todo, incluso si no tiene un valor verdadero.

  4. Apego emocional. Muchos de nosotros tendemos a mantener fotos, vídeos o mensajes por su valor sentimental, sin importar si ya no los volvemos a consultar.



Síndrome de diógenes digital
Imagen creada con Inteligencia Artificial

Consecuencias del síndrome de Diógenes digital


¿Realmente utilizamos todos los archivos que guardamos o alguna vez volvemos a consultarlos? ¿Cuántas fotos en favoritos tenemos en nuestra galería y cuántos emails hemos marcado como “importantes”?


Aunque a simple vista parezca inofensivo, el síndrome de Diógenes digital puede tener varias consecuencias negativas. Por ejemplo, puede reducir nuestra productividad al no ser capaces de localizar de forma inmediata los archivos verdaderamente importantes. ¿Nunca has perdido media hora buscando una foto del verano pasado?


Por otro lado, acumular grandes cantidades de datos sin una correcta gestión puede aumentar el riesgo de violaciones de seguridad y filtraciones de información y datos personales. Por no hablar de los costos extra de almacenamiento. Aunque muchos servicios de almacenamiento en la nube ofrecen grandes capacidades, eventualmente, el almacenamiento excesivo genera costes adicionales al surgir la necesidad de aumentar los planes de gigas contratados inicialmente. 


Y por supuesto, al igual que el desorden físico, el desorden digital es probable que te genere estrés, ansiedad y sensación de agobio. 


Además, las consecuencias de este “trastorno” pueden ir más allá del ámbito psicológico, afectando también al medioambiente. Al acumular una gran cantidad de archivos, estamos contribuyendo a un elevado consumo de recursos en los servidores físicos, también conocidos como "la nube".


¿Cómo puedes gestionar el Diógenes digital?


Afortunadamente, el síndrome de Diógenes digital se puede evitar o gestionar fácilmente:


  1. Establece rutinas de limpieza digital y dedica tiempo regularmente para revisar y eliminar archivos innecesarios. 

  2. Utiliza herramientas de organización, como aplicaciones que organicen mejor los archivos y automaticen la limpieza de tus dispositivos (por ejemplo, configurando reglas automáticas en tu correo electrónico para archivar o eliminar mensajes antiguos).

  3. Practica el minimalismo digital, es decir, cambia el chip y conserva sólo aquello que es verdaderamente útil o significativo.


En definitiva, sea lo que fuere que cause este síndrome y sean cuales sean sus consecuencias, el almacenamiento digital que generamos en nuestros dispositivos es un espacio biológico que estamos dejando de construir. 


El diógenes digital enfoca toda su atención en tomar una foto, grabar un vídeo o almacenar un correo en lugar de confiar en nuestra memoria para preservar esos recuerdos y disfrutar del momento. Así que, ya sabes, quizá sea el momento de empezar ya a trabajar nuestra desconexión digital



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