Sobra decir que Internet es una red global que conecta millones de dispositivos alrededor del mundo pero, ¿te has preguntado alguna vez cómo lo hace?
Para que funcione correctamente, Internet depende de una serie de elementos físicos, lógicos y de contenido. No sólo funciona con wifi y a través de ondas inalámbricas, sino que se compone de una serie de elementos que interactúan constantemente entre sí para garantizar que los mensajes que enviamos lleguen a su destino y las webs que visitamos funcionen rápidamente.
Elementos físicos de Internet: su infraestructura física y digital
En primer lugar, tenemos la capa física, que se refiere a todos los componentes materiales e infraestructuras que permiten la transmisión de datos. Esto incluye desde los dispositivos que usamos, como teléfonos, ordenadores, televisión, etc., hasta los cables que transportan la información a través de la red.
Así pues, la infraestructura de Internet está formada por:
Cables y conexiones. En sus inicios, Internet utilizaba líneas telefónicas tradicionales (como el par trenzado de cobre), pero hoy en día se ha adoptado la fibra óptica, que permite transmitir grandes cantidades de datos a alta velocidad y con mayor calidad. Un buen ejemplo de esta infraestructura son los cables submarinos, como el que Google instaló en 2021, conocido como "Grace Hopper", que conecta Estados Unidos con España.
Es decir, Internet funciona, entre otras cosas, gracias a la gran red mundial de cables submarinos por la que viaja toda la información.
Fuente: El Orden Mundial (EOM)
Espacio radioeléctrico. Es decir, las ondas de radio que usamos para transmitir datos de manera inalámbrica. Aunque no se puede ver ni tocar, es fundamental para que funcionen tecnologías como el Wi-Fi, las redes móviles 4G y 5G, y las comunicaciones por satélites. Gracias a este "espacio invisible”, los datos pueden viajar a través del aire, sin necesidad de cables, lo que nos permite usar internet en nuestros dispositivos sin estar conectados físicamente a una red.
Dispositivos de red electrónica. Son equipos físicos (aparatos) como routers y módems encargados de dirigir y guiar los datos hacia su destino.
Servidores. No son equipos físicos, sino que son una especie de “alojadores online” donde se almacena la información que se envía a los usuarios cuando la solicitan. Los servidores pueden ser de diferentes tipos, como servidores web, de correo electrónico o de nombres de dominio.
Por poner un ejemplo más gráfico, imagina que quieres acceder a tu cuenta de Google, para lo que ingresas tus datos personales como el usuario y contraseña (es decir, mandas una solicitud para entrar). El servidor que almacena esta información (en este caso, Google) verifica los datos y, si todo es correcto, te autoriza el acceso (es decir, te envía una información de vuelta, una respuesta que te permite entrar a tu cuenta).
Puntos neutros de conexión. Los puntos neutros de conexión son grandes centros físicos donde distintas empresas de telecomunicaciones se conectan entre sí para intercambiar datos. Esta interconexión, conocida como peering, es esencial para que Internet funcione de manera eficiente, ya que permite que los diferentes proveedores de servicios de Internet compartan el tráfico de datos sin necesidad de pagar tarifas adicionales entre ellos.
Fuente: El Economista
Elementos lógicos de Internet: normas de funcionamiento
Por otro lado, Internet no solo depende de los elementos físicos, sino también de las reglas que garantizan la interoperabilidad entre las diferentes redes y aplicaciones. Estas reglas se basan en un conjunto de protocolos conocidos como TCP/IP (Transmission Control Protocol / Internet Protocol).
Protocolo TCP/IP. Este conjunto de protocolos es fundamental para que los dispositivos de todo el mundo puedan conectarse entre sí y comunicarse. En concreto, TCP es la manera de funcionar que tiene internet.
¿Y cómo funciona el protocolo TCP? Ya sabemos que la información está almacenada (digitalmente, imaginariamente) en distintos servidores o centros de datos. Pues bien, cuando se quiere enviar esta información a un usuario, éste protocolo lo que hace es dividir la información en pequeños trozos (imaginarios) llamados paquetes, que se envían de manera independiente a través de diferentes rutas de la red (los cables submarinos, las ondas inalámbricas, etc.). El protocolo TCP se encarga de organizar los datos, enumerarlos y asegurarse de que lleguen en el orden correcto.
Fuente: AVG
Direcciones IP. Cada dispositivo conectado a Internet tiene una dirección IP única, que es un conjunto de números que identifica a un dispositivo en la red (es por eso que la información puede llegar dividida en paquetes a un mismo destino, ya que antes de dividirla, se le asigna una dirección final, la IP del usuario).
Aunque la dirección IP no identifica directamente al usuario, en algunos casos puede servir para hacerlo, como planteamos en nuestro artículo sobre Telegram. Existen dos tipos de direcciones IP: fijas, que permanecen constantes, y dinámicas, que cambian cada vez que te conectas (por ejemplo, si estás viajando con el móvil o si te mueves por las distintas calles de tu ciudad).
Conclusiones sobre cómo funciona Internet
En resumen, el funcionamiento de Internet depende de una combinación de infraestructuras físicas, reglas lógicas y sistemas de contenido.
Desde cables de fibra óptica y tecnología inalámbrica, hasta los protocolos que permiten la comunicación global, todo trabaja de manera coordinada para garantizar que podamos acceder a la información que necesitamos desde cualquier lugar del mundo y rápidamente.
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